Con mucho gusto les damos la bienvenida al nuevo portal del Laboratorio Ciudades en Transición (LabCiT) de la UAM Cuajimalpa. El LabCiT nace a partir de un postulado base: la sociedad y el planeta, es decir, los sistemas socioecológicos en su conjunto atraviesan trasformaciones mayores que tendrán como posible consecuencia el cambio del régimen socioecológico actual. A estas fases de cambio se les ha denominado transiciones socioecológicas, a lo largo de la historia hemos vivido varias transiciones globales, y existen numerosas evidencias que nos hacen pensar que actualmente estamos en algún punto de una nueva transición socioecológica global. Algunas de esas evidencias son, solo por mencionar las más evidentes: el desarreglo climático, la transición epidemiológica, demográfica, alimentaria que están íntimamente vinculadas. Para algunas de estás transiciones tenemos la ilusión de ser capaces de gobernarlas y conducirlas como es la transición energética, otras son procesos socio-técnicos para los cuales pareciera que vamos detrás de ellos, que se nos escapan de las manos por lo difícil de controlar cómo la transición digital, o la transición urbana. Este momento inédito esta lleno de incertidumbres, sin embargo, la ciencia nos da pistas de que estas transiciones simultáneas, se dan con temporalidades y espacialidades diferenciadas e interconectadas.
¿Transición socio-ecológica?
El término mismo de transición socioecológica es fuente de controversia y falta de consenso. Su carácter polisémico permite ser adoptado con propósitos diversos. Por ejemplo, podemos identificar la acepción normativa de la transición socioecológica que trabaja sobre lo que grupos de activistas de muy diversos horizontes consideran lo que “debe ser” la transición a un nuevo régimen. Un buen ejemplo es el movimiento “Transitions Towns” que se ha convertido en “Transitions Networks”. Por otro lado, también con una carga normativa están actores de gobierno que han creado o adecuado ministerios e instrumentos de política pública bajo principios o la “etiqueta” de la transición socioecológica. Ejemplo de lo anterior son el Ministerio de la Transición ecológica y cohesión social en Francia y el Ministerio de la transición ecológica y el reto demográfico en España.
La tercera acepción es la que se ubica desde la academia y la comunidad científica y que en la medida de lo posible trata de comprender los procesos de cambio de los regímenes socioecológicos. Desde esta perspectiva existen numerosas iniciativas desde al menos dos décadas, y desde muy diversos campos de estudio: energía, alimentación, demografía, clima, etc. En el conjunto de esta diversidad de perspectivas y de sectores de interés, quiero destacar el conjunto de estudios de la transición que se preocupa sobre lo justo. La corriente de la “Just Transitions” pone el énfasis en los efectos (in)justos derivados del conjunto de transformaciones en curso, de la implementación de ciertas políticas públicas que con una visión estrecha y encaminadas a conducir una transición sectorial (energía, clima, alimentos, etc.), pueden generar efectos no deseados sobre grupos de la población o el medio ambiente.
Un Laboratorio de ciudades en transición
En este contexto, las ciudades juegan un papel relevante en las posibles trayectorias que tomarán las transiciones actuales ya que las ciudades son por un lado, las principales generadoras de las crisis ecológicas, y por otro lado son los lugares en donde principalmente nacen las innovaciones y los centros de tomas de decisiones. Así, las ciudades en transición conforman el terreno privilegiado, pero no el único, de trabajo del LabCiT.
Sin duda, serán necesarias nuevas herramientas teóricas y metodológicas para adecuar nuestras instituciones, como las universidades, las disciplinas científicas, la producción, difusión y apropiación del conocimiento, etc. Uno de estos nuevos recursos es el campo interdisciplinario de los Estudios del Futuro. De hecho, el LabCiT y la Cátedra Unesco para los Estudios del Futuro de la UAM establecen alianzas de trabajo para explorar los escenarios futuros de las ciudades y la vida urbana en el sur global.
Por último, quiero terminar mencionado que LabCiT adopta un modelo de laboratorio abierto (OpenLab) como estrategia para desarrollar redes de colaboración y comunidades de conocimiento y aprendizaje que sean capaces de reconocer los distintos y diversos saberes de actores adentro y afuera de la academia. En este sentido LabCiT tiene como vocación la interdisciplina y la responsabilidad social. Con lo anterior, quiero felicitar y reconocer el trabajo de colegas y colaboradores de LabCiT en este nuevo impulso al proyecto de este laboratorio de investigación de la UAM Cuajimalpa.