El pasado 5 de octubre, el gobierno del presidente Joe Biden anunció que se construirán 32 kilómetros de vallas autorizadas durante el mandato de Donald Trump, en el valle de Río Grande, Texas.
Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, señaló que el nuevo tramo de muro fronterizo es irrevocable debido a que el Congreso autorizó los recursos para esta obra desde 2019.
Sin embargo, quedan dudas respecto a los fondos asignados para la construcción del nuevo muro, puesto que, durante los primeros días de la gestión de Biden, se suspendieron los fondos de defensa programados.
Según la Patrulla Fronteriza, en lo que va del año se realizaron 245,000 detenciones en Río Grande. Es una zona concurrida por el paso de numerosos grupos de migrantes, no obstante, organizaciones delictivas utilizan esta actividad como método de distracción para traficar sus productos.
Aunado a este compleja situación, también existen inferencias en el medio ambiente, ya que, “ambientalistas han sostenido que construir una barrera con bolardos, reflectores y otros tipos de infraestructura, como las carreteras, perjudicará a la fauna y flora que habitan en el corredor de vida silvestre.”
El significado de esta obra, pone en entredicho el argumento de Biden por no dar continuidad con la agenda del ex presidente Donald Trump. Se desconoce si será el inicio de nuevos muros fronterizos intermitentes en la frontera sur de Estados Unidos. </strong><strong>